index.jpg Nietzche

Por María Asunción BELTRAN.

(Ciudad de San Juan. Provincia de San Juan, Argentina) Nietzsche, en boca de Zaratustra, exclamaba dirigiéndose a sus contemporáneos, “aún tenéis un caos dentro de vosotros”.
Sin duda el caos está fuera en el sistema social. Pero todo esto lo detentan los hombres.
Nadie que tenga el caos dentro de sí, puede resolver el caos afuera ni contribuir mínimamente; por el contrario, se proyectan el caos unos a otros.
El caos es uno solo, el del mundo, el del hombre, el de nuestra existencia; y cualquier cosa que emprendamos fuera de nosotros mismos para resolverlo, solo podrá apartarnos más de nosotros, lo que nos alejará de la unidad y contribuirá al caos. Se trata de enfrentarlo para abrir la posibilidad de solución.

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Quien resuelva el caos dentro de sí sabrá hacia donde va el hombre, la historia; habrá roto el círculo vicioso que enlaza los propios pies. Sano, podrá sanar, con luz propia, podrá iluminar.
La aventura de enfrentar el propio caos es arquetípica. Se trata de entrar en la búsqueda profunda de las raíces colectivas, no sólo de superar los aspectos psicológicos de orden personal.
¿Y cómo limpiar el agua turbia? A través de los sueños. Éstos surgen de las profundidades del alma de la psique personal y colectiva. El lenguaje de los sueños, “ese lenguaje olvidado “- al decir de Eric From – es un lenguaje de imágenes y símbolos que ya no comprendemos en absoluto.
“¿Quién es aquel que puede tornar limpia el agua turbia? Dejadla sola y quieta, y entonces verán cómo ella, gradualmente, se torna transparente.” – dice Lao Tsé.
No es con agitación ni inacabables explicaciones como vamos a aclarar nuestro turbio mundo psíquico.
Dejemos que el alma, mediante la suave y poderosa energía que nos envía a diario a través de los sueños, vaya resolviendo los problemas profundos internos, que son los que el mundo espeja.-